Entradas

Mostrando entradas de abril, 2005

!Viva el Cachullapi, la guatita y la eterna joda!

!Botemos Presidente! !Cómo no! Dicen que los serranos son gente contemplativa y conservadora. (Serrano: habitante sobre todo de la Muy Ilustre ciudad de Quito, Patrimonio de la Humanidad y Rincón Divino). Dicen que el humor Quiteño es especial. Sin duda. Quito guarda la dudosa gloria de expurgar cada cierto tiempo presidentes de la república. Es cierto, unos menos afortunados que otros. Hoy se trata de sacar al presidente que está. Ninguna luminaria especial, es verdad. Pero ¿quién lo ha sido? La tele se afana en mostrar el humo de las bombas, los gritos destemplados, entre otros detallitos. No se precupen, ya no usamos taparrabo, no los verán caer. Los ilustres políticos tratarán, como siempre, de sacar su mordida. Hay un político que dijo una vez, en una curiosa confesión, que era como un perro rabioso que perseguía a su presa. Pues de esos hay muchos, unos con más lustre que otros. El Paisito arde nuevamente. La tonta carne de cañón se cultiva azuzada por los truhanes, algunos nuevo

Ecuador: entre la nada y la nada

CAMBALACHE No es suficiente decir que nuestro siglo continúa aquello que Enrique Santos Discépolo expresó en la letra del tango Cambalache el pasado siglo. Frente a la hegemonía del cinismo convertido en disfraz democrático se cuecen habas. Estas han marcado una forma de ser social que se ha ido convirtiendo de hecho en paradigma. Hay ocasiones en que he escuchado que el voto populista tiene un porcentaje importante que es llamado el voto vergonzante, es decir, aquellos que no se atreven, por una especie de pudor, a declarar su intención públicamente y ni a veces en privado. Pero esta actitud vergonzante ocupa distintos ámbitos de lo social. Pongamos como ejemplo el caso de las instituciones en las que los administradores de turno, no han tenido el menor escrúpulo no solamente de permitir sino hasta propiciar la proliferación de sindicatos. No tengo nada en contra de ellos, pero estaremos de acuerdo que el concepto de sindicalismo igualmente se fue deteriorando al punto de ser espacios