Desde hace cuánto sabemos los psicólogos que hemos estudiado a Freud y sus antecedentes, que la sugestión de modo individual logra no sólo emociones, sino ideas identificadas como percepciones, es decir como reales, ahí en el mundo y en uno. Y eso gracias a los artilugios de la manipulación de lo que Freud llamaba el sistema de percepción / conciencia, que permite generar estados hipnóticos y sus efectos creíbles, indudables para quienes los viven. Esa acción encaminada a influenciar percepciones y sin duda acciones, en lo individual tiene su forma, pero en el campo de lo social, ese mismo programa de inducción, cobra una potencia especial pues es replicado desde muchas posiciones. Ya no es sólo el inductor y su estructura, sino que hay replicantes que asumen ese rol al estar ellos también abordados por las consignas. Estoy convencido que Freud tendría otra mirada, de sospecha, sobre esto del coronavirus, del aislamiento social y sus nobles causas. Ahí están sus es