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Mostrando entradas de 2004

El eterno retorno

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El siguiente texto lo escribí, si mal no recuerdo, en 1991. En ese lapso hay cosas que han cambiado en Guayaquil. Por ejemplo su Malecón. Ya no acoderán los barcos que venían de Galápagos, sin embargo no los echo de menos. "La Bahía" sigue igual, encantadora, al menos para mi. Por lo demás, la historia está ahí. Alguien hace poco me decía que sentía mucho dolor en ella. La vida es una de cal y otra de arena, cada quien eso lo toma como puede. Hay quienes se pierden, otros terminan mascando chicle, hay quienes se vuelven evangelistas, testigos y no testigos. Como dije en otro escrito, todo pasa, también la tristeza. Carta a una amiga Alguna vez escuché que la historia es el eterno retorno de lo mismo. Ha pasado tanto tiempo desde aquella última vez y nunca habrá excusa, al menos ya no estamos en edad para ello. Talvez lo volveremos a estar después de algunos años, un poco más viejos y ahí, presumiblemente, niños otra vez. Sin embargo, no es descabellado pensar que esta carta

Tiempo de vida y tiempo de transformación

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Tiempo y creación significa también tiempo y destrucción. El pensamiento tradicional ha negado siempre la creación, pero, simétricamente, estaba obligado a afirmar la imposibilidad de la destrucción (nada se crea, nada se pierde, todo se transforma). Pero, también, esquizofrenia: la destrucción ha sido presentada como yendo de suyo. El pensamiento tradicional piensa a la vez el sí y el no. En sus partes “serias”, filosofía, ciencia, etc., no hay destrucción verdadera sino solamente “descomposición” de las entidades compuestas; y en el nivel de la reflexión “ordinaria”, afirma que todo pasa, todo se agota, todo se rompe, que el tiempo que transcurre destruye. En dos ocasiones, Aristóteles debe volver sobre este tema. Primero dice que con razón la opinión común1 afirma que el tiempo es destructor: ho chrónos hápas ekstatikós, ek-stático; esto retomará Heidegger, como sabemos, pero en un sentido alterado: ex-sistere,2 salir de sí, cesar de estar ahí en donde se está, pero “ahí en donde se

"Sociedad de la información" ¿será?

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“Una bifurcación tomó por sorpresa a mi generación, cuya devoción por Prometeo no dejó ver venir a Hermes: comunicación, tránsitos, transmisiones, redes. Ahora vivimos en una inmensa mensajería, soportamos menos masas, encendemos menos fuegos, pero transportamos mensajes que gobiernan a los motores. (... ) Nunca podremos prescindir de campesinos y de tallistas, de albañiles ni de caldereros, y aún seguimos siendo arcaicos en las dos terceras partes de nuestras conductas pero, mientras que en otros tiempos fuimos más bien agricultores, y no hace tanto especialmente herreros, ahora somos sobre todo mensajeros". Michel Serres

"Vemos como por espejos"

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¡Yo os conjuro, hermanos míos, permaneced fieles a la tierra y no creáis a quienes os hablan de esperanzas sobreterrenales! Son envenenadores, lo sepan o no. Son despreciadores de la vida, son moribundos y están, ellos también, envenenados, la tierra está cansada de ellos: ¡ojalá desaparezcan! En otro tiempo el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y con Él han muerto también esos delincuentes. ¡Ahora lo más horrible es delinquir contra la tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable más que el sentido de la tierra! En otro tiempo el alma miraba al cuerpo con desprecio: y ese desprecio era entonces lo más alto: - el alma quería el cuerpo flaco, feo, famélico. Así pensaba escabullirse del cuerpo y de la tierra. Oh, también esa alma era flaca, fea y famélica: ¡y la crueldad era la voluptuosidad de esa alma! Mas vosotros también, hermanos míos, decidme: ¿qué anuncia vuestro cuerpo de vuestra alma? ¿No es vuestra alma acaso pobreza y suciedad y un lamentable bie

Alejandría

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La generosa inocencia de Clea –se necesitaba algo así para comprender el vacío de la vida de Justine, cuya única compañía eran sus penas secretas–, ilustración pura y simple de un espíritu en conflicto consigo mismo, pues somos los autores de nuestro propio infortunio y en él imprimimos nuestras huellas digitales. El gesto en sí no era sino una tentativa torpe de adueñarse del misterio de una experiencia auténtica, de un sufrimiento auténtico, así como el suplicante confía en que, tocando a un santo, se operará la transferencia de la gracia que a él le falta. El beso no esperaba otro beso como respuesta, no deseaba copiarse a sí mismo como el reflejo de' una falena en un espejo. De haber sido premeditado ese gesto habría salido demasiado caro. ¡Como resultó serlo al fin! El cuerpo de Clea luchaba simplemente por librarse de la envoltura de su inocencia como un niño o una estatua luchan por la vida entre los dedos o los forceps de su autor. Su fracaso era el de una mujer muy joven;

Alejandría

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Cinco razas, cinco lenguas, una docena de religiones; el reflejo de cinco flotas en el agua grasienta, más allá de la escollera. Pero hay más de cinco sexos y sólo el griego del pueblo parece capaz de distinguirlos. La mercadería sexual al alcance de la mano es desconcertante por su variedad y profusión. Es imposible confundir a Alejandría con un lugar placentero. Los amantes simbólicos del mundo helénico son sustituidos por algo distinto, algo sutilmente andrógino, vuelto sobre sí mismo. Oriente no puede disfrutar de la dulce anarquía del cuerpo, porque ha ido más allá del cuerpo. Nessim dijo una vez, recuerdo -y creo que lo había leído en alguna parte- que Alejandría es el más grande lagar del amor; escapan de él los enfermos, los solitarios, los profetas, es decir, todos los que han sido profundamente heridos en su sexo. Lawrence Durrell El cuarteto de Alejandría - Justine (Clickear título para entrar en sitio web Durrell)

El prisionero

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à fin que … les traces de ma tombe disparaissent de dessus la surface de la terre comme je me flatte que ma mémoire s´effacera de l´esprit des hommes… (a fin que… los rastros de mi tumba desaparezcan de la superficie de la tierra como espero que mi recuerdo se desvanezca del espíritu de los hombres. (Del testamento de Sade) No te has desvanecido las letras de tu nombre son todavía una cicatriz que no se cierra, un tatuaje de infamia sobre ciertas frentes. Cometa de pesada cola fosfórea: razones-obsesiones, atraviesas el siglo diecinueve con una granada de verdad en la mano y estallas al llegar a nuestra época. Máscara que sonríe bajo un antifaz rosa, hecho de párpados de ajusticiado, verdad partida en mil pedazos de fuego, ¿qué quieren decir todos esos fragmentos gigantescos, esa manada de icebergs que zarpan de tu pluma y en alta mar enfilan costas sin nombre, esos delicados instrumentos de cirugía para extirpar el chancro de Dios, esos aullidos que interrumpen tus majestuosos razona

Niña linda

Tus ojos, tu mirada, tus cabellos que enredas entre los dedos. El tiempo que se detiene por un tiempo. Tus palabras, tu sonrisa. Respiro tu aroma, el aroma de tus ideas, de tu vida. Me haces falta, te necesito aunque no te lo diga, temo asustarte y que no vuelvas. Regresa a mi, vuelve a mi, vive en mi.

Niña bonita

Hoy estuviste aquí. El tiempo se detiene por un momento. Suena raro. Tus ojos, esos ojos de los que ya he escrito, pero aun tan poco. Tu mirada. Tu voz. Tu sonrisa. El cabello que enredas en tus dedos. Eres un poema, el mejor, el más dulce. Sueño que seas mi poema.

Agostos

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No me traen buenos recuerdos. Es un mes que me sabe mal. Ahora nuevamente la despedida, volverte a ver después de un año. Cuando vas haciendo un camino no notas bien la fuerza de tus elecciones, aunque parezcan intrascendentes. Algo así como haber tomado una vereda y no la otra que te acerca al encuentro tantas veces esperado. Volveremos a hablar pero ya mediando esa distancia tangible que nos ubica en dos mundos distintos. Seguramente al reencontrarnos saltarán casi con asombro los cambios, como ha venido siendo desde los últimos años en los que eso que llamamos vida nos distanció. Distancia ciertamente física porque siempre estás en mi pensamiento. Me anticipo, porque todavía estás con nosotros, pero ya siento la despedida. Mañana partiremos y el lunes iré contigo al aeropuerto. Nuevamente el mismo recorrido. Solo quiero que sepas que odio decir adiós.

Los soles que no son

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Cuando miro tus ojos veo mi mundo, me veo a mi de tu edad. O más bien, veo un mundo que fue mio y que se alejó. Quisiera ser tu maestro, como lo dicen en francés: Maitre , Maestro y a la vez Amo. Poderte llevar por caminos, tal vez por extravíos, si miras desde allá para acá. Nos hizo falta tiempo, de caminar la lluvia. Hay soles que de pronto amanecen en tu vida. Le dan un brillo, una luz que ni imaginas. Cómo aceptar que esos soles no son tuyos, que tienes que dejarlos pasar. Que una mirada te recobra a la vida, pero que tienes que dejarla pasar. Tal vez hoy no lo veas bien, pero pudo ser una historia, posiblemente no aquellas de final feliz. La vida no es necesariamente ni lágrima ni risa, la vida también puede ser otras cosas. Otras cosas como amar con pasión, entregarse sin premeditar, jugársela por quien amas y que lo haga por ti.

La noche

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Hay una fascinación, una extraña fascinación. Hubo una época, o más bien, hubo unas épocas en las que la noche era un espacio para habitar. Cuando vemos en el tiempo, ¿qué es lo que viene? Me decía que la calma. Tranquilidad también buscaba en la noche como un espacio para poner orden, para leer con serenidad. El día muchas veces es la dictadura del reloj. Sin lugar a dudas la noche también es el espacio de los sueños. Esas vidas, esas otras vidas que me tientan, que hacen pensar que es posible que esto sea una especie de sueño.

Tigres azules

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¿Qué es la magia, acaso aquello fuera de lo común, lo espectacular? La historia de Borges nos dice algo sobre eso: la sorpresa, lo nimio que se torna de pronto fantástico. Pero si puedo decir que estoy seguro, diría que la magia es el detalle. A veces estamos tan poco dispuestos a ver. El tiempo en Puerto Cayo fue así. Si hubiera modo de mostrar unas imágenes tal vez podría hacerte sentir. Cuando algo empieza, lo malo, es que termina. Ciertamente dirás que no siempre, que a veces en hora buena. Hace poco vi una película francesa, es decir un poco loca que se iniciaba por el final de la historia. Un personaje decía al inicio algo que se mencionaba nuevamente en el final, ¿ pero cuál final, si iniciaba con el fin? bueno, decía: el tiempo todo lo destruye . Yo me preguntaba, ¿el tiempo todo lo destruye o es que el "todo" es en sí mismo efímero y  el tiempo su escenario? El tiempo.

Puerto Cayo

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Mañana sábado viajo hacia Puerto Cayo. Es un lugar mágico y como que te acunara. Los cerros se juntan con el mar. El pueblo es pequeño y la gente se dedica a la pesca. Ha dado la casualidad que casi siempre que estoy hay Luna llena. Me recuesto de cara al cielo para verla y así va pasando la noche. Mi sueño es tener una casa ahí y poder dedicarle los días a leer y a no hacer nada en especial. Espero que en la noche de San Juan pueda estar allá. Puerto Cayo queda hacia el norte de la Península de Santa Elena en Ecuador. Si alguna vez vienes por acá no te lo pierdas, ve al hotel Puerto Cayo, que está al final del pueblo, a la entrada hacia la izquierda, es un lugar igualmente mágico y sin complicaciones. Como acá este lunes 24 de mayo no se labora, me quedaré allá, regresaré el lunes en la tarde.

Mi segunda página web

Para empezar, lo poco que logré salvar de mi primera página web. Hoy es sábado, son más de las 11 de la noche. Mi vida en los últimos años me lleva a vivir entre dos lugares que se distancian el uno del otro por 140 kilómetros de carreteras ecuatorianas: la ciudad de Guayaquil y Salinas. Esa es una de mis aventuras, las otras son historias que en su momento tal vez me anime a contar. Estudie psicología clínica y digamos que en la actualidad lo único que me une a ella son algunas lecturas y una cátedra que cada semestre me esmero en dictar, para no perder el recuerdo. Desde hace un tiempo me dediqué a otras actividades, el vil metal que, dependiendo, puede ser no tan vil.