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Mostrando entradas de abril, 2009
Mi rico y loco sueño*
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Flores de intensos colores S ueño en mis noches P ara que las esparzas tu sobre mi Cuerpo Y después con tus sabias manos A caricies todo rincón A rrastrando sus pétalos Por cada centímetro de mi piel Esa mirada tuya que se cruza con La mía Y que en su brillo Me está invitando A l dulce goce del placer Siento que me abrasan tus dedos Suaves Sobre mi pecho, caricia sin fin Principio de ritual, tus labios sobre los míos Que anteceden a otro beso Con tu lengua también sabia Me estremezco con un inmenso placer Deseo abrirte todos mis poros Penetra en ellos cual mota de polvo Sigamos con el movimiento de la danza Sensual que nuestros cuerpos Acompasados marcan Música celestial nos acompaña Nuestro deseo cabalga hacia el infinito Nada puede detenernos Solos, tu y yo, tocamos el cielo Con nuestras manos Es el momento, la llama de nuestro Fuego se viste de los más vivos colores Cuando nuestras miradas se funden en una Cuando ya no somos dos, sino uno A
Tiempos
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Cada día trae su luz y su obscuridad, su principio y su final. No aferrar la arena que se marcha de nuestras manos para reencontrarse con la playa, es un gesto de sabiduría. Hay cosas para las que, no entender sus tiempos, consigue malograr lo que de otra forma podría ser una grata memoria. Cuando nos encontramos en una situación imposible, siempre hay un ángel que nos aguarda y nos pone en el camino aquello que evita el desamparo. Un día te puso a aquel que te rescató de la soledad y de la indiferencia. El faro que nos aleja del naufragio, tiene una presencia justa: ni más ni menos. Aquella canción no solo fue una manera de decirlo, fue también una especie de motivo. Cuando después de tantas peripecias, conseguimos llegar a puerto, no hay que mirar mucho si es reino o bahía de pescadores, hay que mirar que estamos vivos.