Princesa

Hoy te he visto. ¿O te he soñado?
Venías hacía mi como la brisa que trae la memoria del velo que robó de tu cuerpo. Aquel cuerpo tan distante.
Y lo he imaginado en su danza que sabe a miel y a olivos. Y te he sentido sutil y aguardando que los dioses encuentren las señas que los harán reconocerte. Tu, la esperada, la dueña del encantamiento y de los aromas del dulce misterio.
Princesa de la mirada soñadora y del amor.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es tan breve el amor y tan largo el olvido. Vives en mis dias, estas en mis noches desoladas y en mis recuerdos como bálsamo embriagador que me sostiene en la penumbra. Solo hay dos caminos en mi vida: tu o la muerte
Anónimo ha dicho que…
Un dia encontre esta bella historia de una Princesa y un Pirata. Como en los cuentos de hadas la historia tuvo un final feliz! Hablando tambien de huellas que dejan ciertos lugares, sucedio en una biblioteca........ Esta bella historia se titula......
Amor en la biblioteca


Cuentan que cuentan que había

una vez una princesa

que vivía en un estante

de una vieja biblioteca.

Su casa era un cuento de hadas,

que casi nadie leía,

que estaba entre un diccionario

y un libro de poesías.

Solamente algunos chicos

acariciaban sus páginas

y visitaban a veces

su palacio de palabras.

Desde la torre más alta,

suspiraba la princesa.

Lágrimas de tinta negra

deletreaban su tristeza.

Es que ella estaba aburrida

de vivir la misma historia

que de tanto repetir

se sabía de memoria:

la bruja que la hechizaba

por envidiar su belleza

y el príncipe rescatándola

y casándose con ella.

Cuentan que cuentan que un día

justo en el último estante

alguien encontró otro libro

que no había visto antes.

Al abrir con suavidad

sus hojas amarillentas

salió un capitán pirata

que estaba en esa novela.

Asomada entre las páginas

la princesa lo miraba.

Él dibujó una sonrisa

sólo para saludarla.

Y tarareó la canción

que el mar le canta a la luna

y le regaló un collar

hecho de algas y espuma.

Sentado sobre un renglón.

el pirata, cada noche,

la esperaba en una esquina

del capítulo catorce.

Ella subía en silencio

una escalera de sílabas

para encontrar al pirata

en la última repisa.

Y se quedaban muy juntos

hasta que salía el sol,

oyendo el murmullo tibio

del mar, en un caracol.

Cuentan que cuentan que en mayo

los dos se fueron un día

y dejaron en sus libros

varias páginas vacías.

Muchos otros personajes

ofendidos protestaban:

–Las princesas de los cuentos

no se van con los piratas.

Pero ellos ya estaban lejos,

muy lejos, en alta mar

y escribían otra historia

conjugando el verbo amar.

El pirata y la princesa

aferrada al brazo de él

navegan por siete mares

en un barco de papel.
Anónimo ha dicho que…
Maravillosa historia, si cambiamos los lugares podríamos decir que la hemos vivido, aunque incompleta... no tuvimos un final feliz porque nuestras historias y nuestros otros personajes nos dejaron atrapados si poder construir nuestra nueva historia.

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