Luz y sombra

Si no sabes hacia dónde ir, déjate llevar con corazón alegre.
Dudas acerca del mañana.
No dudes de lo que no existe.
Acércate al presente irrepetible. No renuncies a él.
Abrumarse es ensombrecerse, es obscuridad.
Si existe la noche y no logras encender en ella una luz, no pienses que la noche termina y llegará el día, eso no lo sabes, solo conoces que así ha venido siendo.
No reniegues de la obscuridad; aprende con ella, de ella. Vívela con alegría.
"Es fácil decirlo, meras palabras". No lo pongas en ese contexto.
"Vívela con alegría, aprende con ella, de ella".
Ya la luz llega, que no te encandelille, que no te domine.
Vívela también con alegría, salvándote del halago o la vanidad. Aprende, no te acomodes.
Ahí, de ese modo: luz y obscuridad, no sólo serán para ti necesarias, sino aún más, tu serás en la una y en la otra, sin variación.
Sueño inmenso que impide, dormitando.

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